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miércoles, 3 de febrero de 2021

2020, un año extraño, un año de confirmación

6:45 de la mañana. primera vez que salía a la calle tras 47 días sólo por el confinamiento

Hace unas semanas hemos despedido el 2020. Un año que recordaremos para siempre por haber sido el escenario de algo que parecía de película de ciencia ficción. 

En realidad todavía no somos conscientes de lo "extraordinario" que hemos vivido, estamos aún inmersos en esta atípica situación y no será hasta dentro de algún tiempo y gracias a esa distancia temporal cuando seamos conscientes de lo vivido. No le estoy descubriendo nada a nadie. 

En mi caso (y entiendo que en el tuyo, si estas leyendo esta entrada) la fotografía es una parte importante de mi vida y por lo tanto también tiene su página en ese hipotético libreto de 2020. 

Repasando el histórico de publicaciones veo que en 2019 se publicaron 3 entradas en este blog y en 2020 la escalofriante cifra de 0 (CERO). Ya he explicado varias veces el motivo de publicar poco o casi nada, razones objetivas y preferencia por empelar el tiempo libre en otras cosas, no os voy a engañar. 

Pero esta falta de actividad, aún más notable en 2020, no significa que no haga fotos y que la fotografía no sea importante para mí. Más bien todo lo contrario, la fotografía ocupa en estos momentos más espacio en vida de lo que lo ha hecho nunca antes... pero de otra manera. 

No entrare en el detalle del plano laboral, por que ese es público... y por que aunque me guste y sea divertido, es trabajo y aquí no vengo a hablar de trabajo. 

En el plano personal, fotográficamente hablando, hace unos años empecé a disfrutar de la fotografía de otra forma. Quizás deje de verla como un fin para apreciarla como un medio. Voy a intentar explicarme. 

Lo primero, comentar que ninguna posición es la correcta o es la mejor. De hecho no creo que se ocupen éstas (u otras que existen) de forma permanente. Uno ama a la fotografía en cada momento de una forma determinada, hoy es A, quizás mañana sea B. 

Durante mucho tiempo, sobre todo cuando practicaba la fotografía de paisaje de forma intensiva, el objetivo era conseguir una foto bonita, que reflejara la belleza, la fuerza, lo impresionante del mundo que nos rodea. La fotografía era el fin, el obtener una imagen de calidad en sí misma. Y es que si bien, la fotografía de paisaje, creo que es de las que mas pueden enganchar por todo lo que la rodea, tengo una cosa clara, no puede contar una historia. O para curarme en salud, las fotografías de paisaje que cuentan una historia son la excepción.  No, por mucho que me gusten mis fotos de paisaje, una cascada, un atardecer, una vía láctea no cuenta una historia. Esto es así. Lo cual no es ni bueno ni malo, simplemente es como pedir a la miel que sea salada. 

Después comencé a centrarme en la fotografía de calle. Y aquí si que era posible que la imagen tuviera algo más de fondo. Se podría contar una pequeña historia si se pensaba en una foto de forma aislada o algo más complejo si se trabajaba en una serie. En aquel momento intentaba que, aunque el control de la escena no era posible, ya que las calles son "seres vivos", que las imágenes tuvieran una estética más o menos cuidada, con equilibrio... aspectos que en realidad son importantes en caso cualquier tipo de fotografía pero que en aquel momento eran prioritarios en mi fotografía de calle condicionando la posible historia a contar. 

Septiembre 2020, Málaga

Quiero dejar claro que no me arrepiento de haber hecho esas fotos, ni mi impresión sobre ellas ha cambiado respecto a la que podía tener en aquel momento, simplemente ahora estoy en otro punto. 

Y entonces ¿ahora? Desde hace un par de años haga más fotos que nunca, por mi trabajo. Pero aunque no muestre las fotos que hago por placer, también las hago. 

El 2020 fue un año raro, solo tienes que mirar como todo el mundo lleva cubierta la cara para recordar (si es que alguna vez se te olvida) lo que hemos vivido. Por estas circunstancias hemos tenido que pasar mas tiempo en casa, aislados de nuestro entorno y de la gente que apreciamos. Esta situación no ha hecho sino ahondar en como disfruto ahora de la fotografía, con un carácter mas ¿"documental"?. Por febrero de 2020 comencé un proyecto con motivo de mi 40 cumpleaños. Fotografiar durante un año todo lo que me pase. Influenciado por la obra de mis creadores favoritos, decidí utilizar básicamente dos objetivos, un 16 1.4 y el 23 1.4, "equivalentes" a un 24mm y un 35mm. El 80% de las fotos tomadas lo han sido con ese 16. El recorte equivalente a un 24 ofrece una imagen que permite situar bien al sujeto en el entorno  o captar diferentes acciones en varios planos, capta lo dinámico del momento. Ya trabaje con ese tipo de encuadres en una miniserie que tengo de fiestas con amigos y familiares. Sí, un proyecto puede salir de lo mas cotidiano. Durante 3 veranos fotografíe las barbacoas y comidas con familia y amigos. Al realizarse en espacios abiertos con piscina etc... el 16mm era ideal para componer llenando la toma con varias acciones que ocurrían a la vez. Algunas de las mejores fotos que considero he tomado nunca, las hice en esas "sesiones". 

Esa experiencia me ha valido para este otro proyecto y el estar aislado, como tuve que estarlo, sólo me confirmó algo que ya pensaba y es que cierto tipo de fotografías mejoran con el tiempo. Aquellas que nos cuentan algo que es cotidiano y que al ser vistas con el tiempo te hacen ver como todo y todos cambiamos. 

Ninguna de las fotos a las que me refiero, han sido publicadas, las han visto amigos, protagonistas de las mismas y compañeros fotógrafos. Tampoco sé si alguna vez las publicaré, no siento esa necesidad. Lo que si os puedo confirmar es que desde hace 2-3 años estoy disfrutando de la fotografía como nunca, me he vuelto a enamorar de ella, como cuando disparas tus primeras fotos. 

Quería que la primera entrada de 2021 fuera una reflexión de este tipo, ya que además habla sobre 2020 un año en el que nada se publicó en este blog y que con este texto esta presente de alguna forma. Por otro lado sirve de resumen a mi caminar por esta afición, que en mi caso es algo más, durante los últimos años. 

Disfrutar de la fotografía es una suerte para aquellos que nos gusta.   


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