miércoles, 13 de diciembre de 2017

La música y la fotografía

Música y fotografia

Ya se ha hablado en Fuji-Xperience de la música y la fotografía, pero esta vez quiero contar mi forma de relacionarme con la música cuando estoy en modo fotógrafo. Porque una buena canción puede ayudarte a mejorar tu fotografía.
Durante mi década de los veinte siempre iba con la música a todas partes. Eso sí, por edad y todas esas cosas con un walkman la mayor parte del tiempo. Luego me pasé al discman (qué incómodo era por dios). Terminé con un iPod. Y desde que estoy en la treintena que estoy a punto de terminar he dejado de escuchar música por la calle. Y siempre con la cámara al hombro, desde una Minox a la Fuji que llevo ahora.

Quiero decir que siempre hacía fotos con los cascos puestos. Unos discretos, no esos grandes que tanto se ven ahora por el metro y la calle. No voy a entrar en si era mejor fotógrafo con la música en mis oídos o ahora que no escucho nada mientras disparo. Recuerdo que disfrutaba mucho.



Pero me dí cuenta de que me evadía bastante de la realidad. Contemplaba otro mundo con otra banda sonora. No es lo mismo hacer una fotografía en la gran ciudad con el sonido de los coches, las obras y las conversaciones de la gente que con una sinfonía de Mozart o un directo de Eric Clapton resonando en tu cerebro. Son experiencias distintas. ¿Cuál es mejor? Eso depende de cada uno.

Yo ya no quiero disparar con música en mis oídos. Prefiero recordarla mientras miro un paisaje y que se mezcle con los sonidos naturales. Me ha dado por pensar que así percibo mejor lo que quiero fotografiar.

La música durante el revelado

En este punto la cosa cambia mucho. Sobre todo para mi. No puedo trabajar sin música. Y no solo por el tema que estáis pensando, sino porque vivo en una casa pequeña con unos personajes pequeños que no paran...

Pero la música ayuda a revelar. Para mi es tan importante como el estado de ánimo con el que te pones a trabajar o lo cansado que estés. Si estás deprimido las copias te saldrán oscuras. Si tu chica te mira con ojos alegres la copia final pecará de optimismo.

Con la música pasa lo mismo. No es lo mismo trabajar con los discos de Woodstock que con A kind of blue del gran Miles Davis. Con el segundo me concentro una barbaridad (algo que me cuesta mucho) pero con el primero me dan ganas de cantar incluso con mi inglés macarrónico y me puedo llegar a evadir.



Lo que no falla nunca es la música clásica para trabajar delante del ordenador. Me sirve todo menos las óperas porque acabas intentando reproducir las escalas prodigiosas de los tenores (y en mi casa me terminarían echando del calor hogareño). Algunas veces  caigo en Tristes Apprets, Pales Flambeaux, pero cuando tengo los cascos puestos. La clave de todo es Bach. Lo he descubierto hace un año para trabajar y es milagroso. Y Pink Floyd, que no es tan distinto como podéis pensar algunos.



Por supuesto siempre estará el jazz de Miles, David Brubeck, Keith Jarret y su The Koln Concert, Art Blakey, Charles Mingus, el triste Chet Baker... también el blues de B.B. King en directo y los discos de Paco de Lucía... la lista es interminable pero siempre necesito que la música me acompañe.

Como conclusión

En fin, cada uno sabe lo que le gusta y lo que le anima a seguir con el Pincel, el Lazo y las máscaras de luminosidad. Hacer todo este trabajo sin música me parece muy duro pero seguro que entre vosotros habrá quien necesite el absoluto silencio.

Una cosa que me está pasando es que estoy abandonando mis queridos cd por plataformas musicales o las grabaciones de mis discos para escucharlos en los altavoces del ordenador. Todo por comodidad y no tener que levantarme a poner un disco en mi equipo de música. Y lo siento, pero no suena igual. Pero esto es otra historia que me temo levantará tantas peleas como los que eligen Canon o Nikon o Fuji.

¿A vosotros qué os gusta?

No hay comentarios:

Publicar un comentario

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...