martes, 19 de enero de 2016

¿Referente o la excusa del burdo imitador?


Los grandes maestros de nuestra fotografía siempre han sido fuente de inspiración para la mayoría de mortales que en un momento de sus vidas osaron empuñar una cámara fotográfica, cayendo rendidos sin remedio a los encantos que esta “señora”, normalmente ataviada de negro, les ofrecía. Otros muchos, sin llegar siquiera a rozar el preciado hoy día, calificativo de maestro, y que con su método de trabajo – llamémosle, revolucionario - han llegado a generar auténticas escuelas de fotógrafos / corrientes artísticas con sus reportajes de bodas o moda, plagados de contraluces con fuertes sobreexposiciones y fondos hiperdesenfocados – lentes extraluminosas, con aperturas que rondan el 1.2-1.4, sinónimo de gran desembolso -, así como blancos y negros de escaso contraste, donde ambos tonos en su estado más puro son sustituidos por una colección de grises medios, que no llegan a alcanzar en toda su escala, la cualidad del gris marengo o del gris perla.



"Stop" - by Jadoga 

Estas corrientes, o formas de mostrar el mundo a través de la cámara, han llevado a una saturación masiva de imágenes en nuestras redes sociales, webs y blogs, que nos obligan a tener que inclinarnos sobre la pantalla del ordenador, reclinando nuestro cómodo sillón de escritorio hacia delante, o acercarnos instintivamente el teléfono / tablet, hasta rozar levemente la punta de nuestro miembro olfativo con la capacitativa, para cerciorarnos que el autor que firma la “obra fotográfica” no es el mismo que puso de moda tal o cual estilo, sino uno de sus miles – podría decir millones, sin pillarme los dedos ante tal atrevimiento – de seguidores, o siendo algo más drásticos, miles / millones de imitadores.

Nada nuevo bajo el sol

Y todos estaréis de acuerdo conmigo que la acción de innovar es tarea harto complicada, y que requiere de grandes dotes creativas y un amplio conocimiento de lo que ya se hizo, para evitar que nuestro buen amigo freaky – ese que se conoce al dedillo la obra de todos los fotógrafos desde la invención de "esta pasión que nos une", incluyendo las últimas tendencias neopictorialistas – nos tiré por tierra ese último proyecto que con tanta ilusión y ganas puestas, estábamos a punto de arrancar, suspendiendo la fecha de inicio, una frase del tipo: “puaffff… eso ya está hecho; el fotógrafo Fulano de Alhóndiga, lo presentó hace 20 años y fue todo un éxito”.

"Lost in New York" - by Jadoga 

En ese momento, nuestro rostro puede tender a deformarse de dos maneras distintas: la típica cara de póker que lleva de inmediato a una consulta rápida a nuestro buscador de respuestas online, también conocido como San Google, donde irremediablemente nos topamos con el susodicho autor que nos mencionaba nuestro "amigo" y que en un momento de su carrera estelar como fotógrafo, fue iluminado con la misma idea que hace unas horas asaltó, sin avisar, nuestra psiquis más creativa.

La otra, la cara de trágame tierra que me han pillado. En esta ocasión intentamos obviar, el comentario de nuestro amigo, que acaba de descubrir de donde vienen esos superpoderes creativos con los que tenía intención de alcanzar la fama, desvelando esa temida criptonita que desmonta sin remedio todos esos buenos augurios que construimos alrededor de nuestra nueva obra… o quizás tendríamos que decir, la obra de ese referente – en la mayoría de los casos desconocido, polaco, checo o de alguna zona remota del interior de Rusia, esos que estiran los cuellos de las jirafas hasta límites insospechados - con la misma facilidad que las patas de los elefantes -, cubren de polvo blanco mortecino el cuerpo / rostro de sus "víctimas retratadas" o añaden de serie a sus "hipopótamos voladores" pequeñas alas propias del querubín mas guapetón.

Incluso hay algunos que le echan cara al asunto y sin el más mínimo escrúpulo, optan por mal imitar a referentes más afamados: sin piedad toman su obra, buscan la escena donde se realizó, a imagen y semejanza, para beneficio propio, intentando hacernos creer por todos los medios de su condición de iluminado. 

El poder de la innovación

La mayoría de los grandes maestros de nuestra fotografía – en esta ocasión voy a hacer alusión al maestro Cartier-Bresson – fueron también seducidos por la mirada de otros referentes de la época. Para este ejemplo, el fotógrafo francés que acuñó uno de los términos más célebres y difundidos de nuestra fotografía – “el instante decisivo” – se inspiró, al igual que Avedon, en la obra fotoperiodística y de moda, respectivamente, del fotógrafo húngaro Martin Munkácsi - su fotografía"Boys running into the surf at Lake Tanganyika" inspiró a Henri afirmando: "Hay dos fotografías que recuerdo muy bien: una es la fotografía de Munkácsi de tres niños corriendo ante una enorme ola en una playa. Es tan perfecta, las relaciones, la resolución de todos los problemas plásticos, y su movimiento es maravilloso. Eso me impactó mucho, aunque curiosamente no fue la fotografía lo que me influyó: pensé que la cámara era una manera rápida e intuitiva de dibujar". Pero dejemos bien clara la diferencia entre inspirarse e imitar sin miramientos, sin pudor, con la cara en la misma línea de dureza del hormigón armado, en el nivel mas elevado de la escala de Mohs, superando al mismísimo diamante.

"Boys running into the surf at Lake Tanganyika" - 1930. Martin Munkacsi 

Es vital tener siempre una referencia firme, desde donde nace y se desarrolla nuestro trabajo fotográfico, consolidando con el tiempo - en el mejor de los casos - un estilo, marca de la casa, una cualidad que nos hará diferentes a tod@s es@s que intentan hacerse un hueco en el ansiado y atestado paseo de la fama de la fotografía. Y ojo, con ello no quiero decir que os atiborréis sin control a imágenes y autores, con la consiguiente indigestión mental que eso supone - si, esa que sufrimos hoy día a través de las redes sociales, donde la obra se banaliza y la mente se contamina en ocasiones sin remedio -, sino mas bien que toméis una base estable desde donde comenzar vuestro viaje a las circunvoluciones mas creativas de la sustancia gris.

Redactado por:


Javier Domínguez "Jadoga"

Un loco enamorado de la fotografía, apasionado del formato cuadrado y la máxima“menos es mas”. Formador y fotógrafo en JADOGA PHOTO-ART. Dirige el grupo fotográfico 1:1, responsable de comunicaciones y redes sociales en Confederación Española de Fotografía y parte activa del proyecto artístico Umelecky.

Twitter: @JadogaPhotoArt

Facebook: www.facebook.com/byJadogaPhotoArt #CinemaPortraits

WEB: Jadoga.es

2 comentarios:

  1. Interesante reflexión. No es fácil el camino fotográfico hoy en día para el que quiere dar el paso al arte. De primeras, lo habitual es empezar intentando imitar aquello que admiras, pero dar el salto a algo nuevo es realmente difícil dada la cantidad de imágenes que se crean al día y que entran por nuestros ojos.
    A veces se da más que un salto, un tropezón, y se pasa de la imitación fotográfica al absurdo fotográfico. Aún con todo, seguiremos buscando cómo crear sin imitar y sin llegar al sinsentido.
    Gracias por el artículo.

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  2. Gracias Carlos por compartir tu opinión sobre el artículo. La ingesta masiva de imágenes que padecemos hoy día, nos lleva a la saturación del intelecto, bloqueando su capacidad creativa, y en muchos casos conduce al hastío con frases del tipo: "para que voy a hacer nada, si ya está todo hecho". Ese es el error, considerar que está todo hecho, todo manido, lo que nos conduce a la imitación sin complejos. Puede que la torre Eiffel esté inmortalizada por millones de turistas a diario, pero nuestra mirada la mostrará distinta, al menos esa debe ser nuestra filosofía cuando nos disponemos a empuñar la cámara. Un abrazo

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